El entrenamiento se basa en dinámicas que ayudan al arquero a perder el temor a las caídas, mejorar su ubicación en el área, perfeccionar la técnica de agarre y desarrollar el manejo de la frustración ante errores.

Se entrenan fundamentos técnicos y ubicación en el arco, complementados con ejercicios de coordinación, velocidad, reacción y agilidad, siempre priorizando la técnica. Además, se incorpora el trabajo en el juego aéreo y con los pies, manteniéndose en todas las etapas posteriores.

En esta etapa los arqueros aplican las técnicas adquiridas a un ritmo más avanzado, con mayores exigencias orientadas a potenciar su rendimiento. El componente físico gana relevancia, sin descuidar la técnica

El enfoque está en la velocidad explosiva, cambios de dirección, coordinación, pliometría y trabajos con cargas. Se realizan entrenamientos de alta exigencia técnica y física, orientados a la excelencia